Latidos, Anna Godbersen - Reseña

Latidos, Anna Godbersen, Barcelona: DeBolsillo, 2010

Temas tratados:  amor, traición, celos, historia, engaño, sociedad victoriana, normas de conducta de las mujeres de la época
 

Personajes:  Elizabeth, Henry, Diana, Lina, Penélope, Will, Claire 


Ambiente espacio-temporal:  Manhattan (Nueva York)

Trama: La novela habla de la historia de Elizabeth Holland, hija de un Edward Holland y Louisa Holland. A la muerte de su padre, Elizabeth se ve obligada a casarse con Henry, un hombre adinerado, ya que su familia se ha quedado en la ruina. Pero ella no le ama, ni él tampoco. Ambos aman a otras personas. Elizabeth ama a Will, el cochero de su casa, y por lo tanto, un amor imposible en aquella época en que era impensable que alguien de la alta sociedad se casara con alguien del "servicio". 

Henry, por su parte, ha salido de una relación con Penélope, una chica de su rango social pero a la que no amaba tampoco. En cambio, en la novela, iremos viendo como sus sentimientos por la hermana de Elizabeth, Diana, empiezan a florecer. 

Lina, la doncella y sirvienta de Elizabeth, ama en secreto a Will, quien está con Elizabeth también. Así que los líos amorosos son la parte principal de la trama de esta novela, sin dejar de lado las traiciones familiares y las intrigas propias de la época victoriana, el siglo XIX, cuando la prensa rosa era la principal distracción de la gente del pueblo, que gozaba de leer las notícias de la alta sociedad. 

Opinión: Al empezar la novela, pensaba que iba a ser una más de este tipo de novela romántica victoriana. Pero nada más lejos. Ya desde el principio se nos habla de la muerte de Elizabeth, la protagonista de la historia. A partir de ahí la autora hace un retroceso hacia el pasado, justo antes de que eso ocurriera, para explicarnos las situaciones que han llevado a ese suceso. 

Los romances se suceden y los líos entre todos los personajes, que están entrelazados, nos hacen estar pegados a la lectura de la historia. Todos están de alguna  manera relacionados no sólo con la protagonista sino también entre ellos, por lo que vemos sus pequeñas vidas entrelazadas unas con otras. 

Lo bueno es que el misterio que encierra la desaparición de Elizabeth en el río Hudson nos mantiene  pendientes continuamente de cada uno de ellos, que, a su manera, parecen estar o creen esta implicados en ese hecho. 

Es una novela que, aunque al principio pensaba que no iba a atraerme, ha sido todo lo contrario. Me ha dado una grata sorpresa y por eso la recomiendo. Es de fácil y ágil lectura, por lo que, aunque narrada en tercera persona, te mantiene enganchada y leyendo sin parar. 

Algo que también me ha gustado es que cada capítulo empieza con el texto de la notícia que ese día aparecía en la prensa sobre los hechos sucedidos, y vas leyendo las intrigas que se publicaban sobre los adinerados, y muchas veces, totalmente falsas o infundadas, basadas en los tan conocidos rumores palaciegos. 

En cambio, en la novela, ves la vida de cada uno de ellos desde una óptica muy cercana, lejos de esas notícias y rumores que se publicaban sobre ellos, lo que te hace sentirte cerca de los personajes y comprenderlos, e identificarte con alguno de ellos, quizá por haber vivido alguna situación parecida en lo referente a los romances amorosos y sentimientos de todos ellos.

Valoración: Bastante bueno

Citas favoritas:

"La trágica ironía de que Henry tuviese que portar el féretro de Elizabeth el mismo día en que debía casarse con ella parecía muy injusta." (p.13)

"El corsé, que su doncella, Lina, prácticamente le había cosido  hacía horas, le pareció de pronto una horrible cárcel. Se dio cuenta de que su vida tenía todo el encanto de una trampa de acero." (p.29)

"La belleza de Penélope era a veces objeto de burla en los salones, pues se decía que la muchacha solo tenía labios, pero sin duda las gallinas chismosas que afirmaban tal cosa se equivocaban: los labios de Penelope no eran más deslumbrantes que sus ojos, grandes y azules, y capaces de rebosar inocencia o desdén en igual medida." (p.41)

"Entre las mujeres de Nueva York, se rumoreaba que Henry siempre tenía a la orquesta sobornada de antemano, porque con  frecuencia atacaba un vals justo cuando él necesitaba poner fin a una conversación." (p.45)

"Lina no tenía muchas ganas de que volviese. Elizabeth había estado ausente tantos meses que su camarera casi  había olvidado lo que era servir. Sin embargo, desde el preciso instante de esa mañana en que Elizabeth había vuelto a entrar en la casa, no había parado de recordarle a Lina qué se esperaba exactamente de ella." (p.59-60)

"Will deslizó la mano dentro del quimono y la apoyó encima del corazón de ella. El contacto hizo que la muchacha fuese consciente de lo deprisa que latía. Cada momento que pasaba allí la ponía más nerviosa al pensar en los acontecimientos que se estarían desarrollando en la casa. " (p.73)